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Más de la mitad de los abortos en Estados Unidos se practican actualmente con píldoras en vez de cirugía, una tendencia que se disparó durante la pandemia de coronavirus con el incremento de la atención médica a distancia, según un informe dado a conocer el jueves.

En 2020, el uso de píldoras representó el 54% de todos los abortos en Estados Unidos, un aumento de cerca de 44% de 2019.

Las cifras preliminares fueron difundidas por el Instituto Guttmacher, un grupo de investigación que apoya el derecho al aborto. El grupo cuenta con datos más completos sobre abortos que el gobierno estadounidense debido a que recopilar información contactando a los prestadores de servicio.

El uso de las píldoras abortivas ha ido en incremento desde 2000, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el uso de mifepristona —el fármaco que más se usa en los abortos con medicación.

El nuevo aumento “no sorprende, especialmente durante el COVID”, señaló Marji Gold, doctora de medicina familiar y prestadora de servicio de abortos en la ciudad de Nueva York. La doctora señaló que las pacientes que acuden a su clínica para abortar eligen desde hace tiempo la píldora en lugar del procedimiento médico.

La pandemia de COVID-19 generó un aumento de la atención médica a distancia y las medidas de la FDA que permitieron que las píldoras abortivas sean enviadas por correo a fin de que las pacientes eviten las consultas en persona para obtenerlas. Tales cambios habrían contribuido a un aumento en el uso de las píldoras, dijo la investigadora Rachel Jones, del Instituto Guttmacher.

La FDA determinó en diciembre pasado que el cambio sea permanente, para que millones de mujeres puedan obtener una receta médica a través de una consulta en línea y reciban las píldoras abortivas por correo. Esa decisión causó que grupos antiabortos redoblaran sus esfuerzos en busca de más restricciones a los abortos medicados a través de leyes estatales.

El procedimiento incluye mifepristona, que bloquea una hormona necesaria para que el embarazo continúe, y uno o dos días después misoprostol, un medicamento que causa calambres que vacían el vientre.

 

Por Edith Reyes

 

GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH)- La epidemia de opioides ha cobrado miles de vidas a nivel nacional, estatal y localmente en el condado de Kent. El miércoles 9 de febrero, el Comité del Congreso enfocado en combatir la adicción mortal a los opioides, publicó datos que muestran la cantidad de muertes por adicciones a estos durante la pandemia de COVID-19 y lo que se pronostica después.

Según los datos, unas 100,000 personas murieron a causa de los opioides en 2021 en Estados Unidos. En el 2020, alrededor de 92,000 personas murieron por sobredosis en el país. En el 2019 en el estado de Michigan, 2,385 personas murieron a causa de los opioides. También se afirmó que Estados Unidos enfrentará una gran crisis de opioides según las estadísticas anteriores.

Los opiáceos suelen ser recetados por médicos para ayudar a aliviar el dolor causado por el cáncer, las cirugías y las lesiones graves. La adicción comienza cuando una persona se acostumbra a las píldoras y comienza a “usarlas en exceso”, lo que significa tomar las píldoras por placer en lugar de por razones médicas. Los opioides incluyen medicamentos como la morfina, la oxicodona, Vicodin y la metadona. El fentanilo es un narcótico que también se usa para aliviar el dolor y, si se consume en exceso, puede causar la muerte.

El Vocero Hispano entrevistó a José Salinas, un entrenador de recuperación de la organización Network 180, para hablar sobre las señales de alerta de una persona que atraviesa una adicción, cómo esas personas acceden a los opioides y qué puede experimentar el cuerpo cuando intenta desintoxicarse y superar esa adicción.

“Cuando no tienes la droga, estás en el estado que conocemos como la abstinencia física y en el síndrome de abstinencia emocional”, dijo Salinas. “Tu cuerpo comienza una reacción. Es como una gripe, pero 10 o 20 veces más fuerte.”

Salinas dijo que los síntomas incluyen dolores musculares, diarrea y vómitos. Agregó que el cuerpo está reconociendo que quiere y necesita la droga no solo físicamente sino también emocionalmente.

También dijo que si una persona está comprando heroína en la calle, es muy probable que el vendedor esté reduciendo la heroína real con más fentanilo, y si esas personas que consumen esa droga la mezclan con alcohol u otra sustancia, puede ser mortal.

Para reducir las compras callejeras que han aumentado el número de muertes a nivel nacional y local, Salinas dijo que Network 180 usa metadona, que se usa para la morfina o la heroína, para prescribir a quienes combaten la adicción a los opioides. Esta droga es una sustitución de un opioide comercial que se consume. Aunque esta sustitución también puede volverse adictiva, Salinas dijo que sus ventajas son las siguientes:

 

  • La persona deja de comprar drogas en la calle.
  • La persona va a una clínica y está siendo “supervisada”
  • La dosis/prescripción está siendo controlada
  • Cura el síndrome de abstinencia o la ansiedad de no tener la droga
  • Menos posibilidades de morir por las drogas que compran en la calle.

 

Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han propuesto algunos cambios en las pautas para los médicos cuando recetan Oxicodona y otros opioides.

En 2016, las pautas de prescripción de los CDC eran voluntarias y establecían que los médicos deberían encontrar otro tratamiento para el dolor crónico que no involucre opioides y, si fuera absolutamente necesario, los médicos deberían prescribir la dosis más baja posible.

En 2019, los CDC revisaron informes negativos, incluidos algunos pacientes que no recibían medicamentos para aliviar el dolor. Esto resultó en una nueva propuesta en la que los fabricantes de medicamentos no tuvieron participación en la redacción del borrador de revisión.

Algunos de los cambios incluyen:

  • Sugerir tratar de limitar el tratamiento con opioides para el dolor inmenso a tres días,
  • Eliminar la recomendación específica y que los médicos eviten aumentar la dosis a un nivel equivalente a 90 miligramos de morfina por día,
  • Los médicos deben considerar que los pacientes se sometan a análisis de orina para ver si están usando otras drogas ilícitas y controladas, pero ya no recomendarían que se realicen dichos análisis anualmente, y
  • Para los pacientes que reciben dosis más altas de opioides, los CDC instarían a los médicos a no suspender abruptamente el tratamiento a menos que haya indicios de un peligro mortal. La agencia ofrecería sugerencias sobre cómo reducir gradualmente los medicamentos para los pacientes.

 

Al acercarse a una persona que tiene algunos síntomas, un ser querido no debe presionar ni gritar para que deje de abusar de estas drogas. En cambio, dijo Salinas, es mejor acercarse a ellos ligeramente y preguntarles: “Oye, estoy preocupado por ti. Tengo tiempo que te veo que estás diferente” y dejarlo así. Un enfoque presionado puede tener una respuesta negativa.

Si usted o un ser querido está experimentando algún tipo de adicción, comuníquese con José Salinas al 616-825-5073 para una orientación sobre una posible solución. También puede comunicarse con Network 180 al 616-336-3909 o visitar network180.org.

 

 

Con información de AP.

Por Dra. Dr. Abha Gupta Varma

Especialista en Medicina Interna

 

 

Las veces que menos quiero ir al gimnasio son las veces que sé que más lo necesito. He sido de esas personas que se quedan perplejas en su auto, debatiendo si entrar, y sé lo que se siente al considerar la actividad física como un proyecto esquivo y poco inspirador. También sé que las barreras para el vigor y el movimiento pueden ser la depresión y la inercia. Pido mucho cuando aliento a mis pacientes para que hagan ejercicio, pero también sé por qué.

El ejercicio ayuda a reducir el peso, lo que a su vez puede reducir la aparición de hipertensión, diabetes, artrosis, apnea obstructiva del sueño y muerte prematura. Su médico mide su peso y calcula su índice de masa corporal (BM). Empleamos una escala de IMC que nos ubica en un rango etiquetado como normal, sobrepeso y obesidad. Las zonas por encima de 35 colocan a los individuos en categorías de masa crítica que aumentan los riesgos de una mortalidad más temprana. Los números no mienten. El ejercicio puede ser una cura segura y económica.

La verdad sobre el ejercicio es esta: el movimiento físico libera endorfinas, sustancias químicas que se liberan cuando tenemos intimidad, bailamos y estamos alegres. Las endorfinas se definen como sustancias químicas liberadas por la glándula pituitaria, así como por el sistema nervioso central, que juegan un papel importante en nuestra capacidad para manejar el dolor y experimentar placer. Cuando se liberan, estos químicos nos ayudan a aliviar el dolor, reducir el estrés y provocar una sensación de euforia: éxtasis físico y emocional. Las endorfinas hacen un bien placentero al cuerpo. Cuando estamos felices, es más probable que nos movamos y hagamos ejercicio con regularidad.

Incluso, cuando COVID ha puesto a prueba la decisión de millones de estadounidenses, el imperativo de movimiento es más fuerte que nunca. El año pasado, las estadísticas revelaron que el 40% de las mujeres en Estados Unidos y el 20% de los hombres admitieron haber aumentado de peso. Pero salir al aire libre o en espacios de gimnasio seguros con números limitados y el uso de máscaras, no se parece que se puede enfatizar lo suficiente. El miedo a enfermarse debido a Covid debe medirse frente a la preocupación de que las comorbilidades como la obesidad y la hipertensión puedan aumentar el riesgo de tener un Covid-19 complicado.

La claridad mental también mejora con el ejercicio. Sabemos que podemos evitar la demencia con actividad regular. La liberación de neurotransmisores para incluir GABA y glutamato son responsables de la mensajería en el cerebro. Sigue moviéndote físicamente con el objetivo de vivir con mayor claridad.

Muévete porque tu vida depende de ello, haciéndolo de manera gradual y fiel. El fitness y el bienestar no están destinados a ser una carrera, sino un viaje meditado y deliberado. Haz este viaje con propósito y determinación y alcanza la meta deseada con dedicación y satisfacción inquebrantables. ¡Que disfrutes de salud y bienestar a lo largo de este nuevo año con una base que lo sostendrá a lo largo de tu vida!

 

Saludos suyos, Dra. Abha

www.doctorabha.com

www.fox17online.com Lunes a las 7:20 am

 

La ola de ómicron que recorrió Estados Unidos durante el invierno reforzó sus defensas y le dio protección suficiente contra el coronavirus de modo que oleadas futuras probablemente requerirán muchos menos trastornos —o acaso ninguno— de la vida social.

Los sistemas inmunitarios de millones de estadounidenses reconocen el virus y están preparados para rechazarlo si se encuentran con la variante ómicron o quizás cualquier otra.

La mitad de los estadounidenses en condiciones de hacerlo han recibido la dosis de refuerzo. Ha habido casi 80 millones de casos confirmados en general y muchos más que no se han denunciado. Un modelo influyente calcula, sobre la base de ésos y otros factores, que el 73% de los estadounidenses son, por ahora, inmunes al ómicron, la variante dominante, cifra que llegaría a 80% a mediados de marzo.

Esto prevendrá o acortará nuevas enfermedades en gente protegida y reducirá la cantidad de virus en circulación, lo que probablemente mitigará las nuevas oleadas. Los hospitales ya no verán superada la capacidad de sus UCI.

“Hemos cambiado”, dijo Ali Mokdad, profesor de métrica de salud en la Universidad de Washington en Seattle. “Hemos estado expuestos a este virus y sabemos cómo enfrentarlo”.

El coronavirus —la variante actual o las que seguramente aparecerán en el futuro— sigue siendo un germen peligroso. Sigue infectando a 130.000 personas y matando a más de 2.000 diariamente en Estados Unidos. Decenas de millones siguen siendo vulnerables.

Y habrá nuevos brotes. El concepto de la “inmunidad del rebaño” que detendría el virus ha retrocedido ante la áspera realidad de las nuevas variantes, la reducción de la inmunidad y la negativa de una parte de la población a vacunarse.

Pero el coronavirus ya no es nuevo. Hace dos años llegó a un país donde ningún sistema inmunitario lo conocía. La población entera, de 330 millones, era inmunológicamente ingenua, es decir, susceptible al contagio.

“Tengo esperanzas de que si tenemos un pico durante el verano, aumentarán los casos pero no las hospitalizaciones y las muertes”, dijo Mokdad, cuyo Instituto de Métrica de Salud y Evaluación calculó la cifra del 73% para la Associated Press.

A medida que disminuye el uso obligatorio de la mascarilla, los trabajadores regresan a las oficinas y los viajeros a los aviones, los expertos tratan de determinar si el regreso a la normalidad será duradero o si es inminente un nuevo revés.

Para determinarlo, los investigadores se plantean una serie de interrogantes sobre el virus, la vacuna y la respuesta de nuestro organismo: ¿Con qué velocidad se reduce la protección del refuerzo contra la ómicron? ¿Cuántos casos leves nunca fueron denunciados? ¿Cuántas personas se contagiaron pero no tuvieron síntomas?

Pfizer ha iniciado un estudio comparativo entre su vacuna original contra el COVID-19 y las dosis modificadas especialmente para adaptarse a la nueva variante ómicron del coronavirus, que es mucho más contagiosa.

La farmacéutica y su socia alemana BioNTech anunciaron el estudio el martes.

Los fabricantes de la vacuna contra el COVID-19 han estado actualizando sus fórmulas para hacer frente mejor a la ómicron en caso de que las autoridades de salud internacionales crean que es necesario el cambio.

Aunque es más probable que las personas vacunadas contraigan ómicron que las variantes previas, por el momento no está claro que se necesite una nueva formulación de la vacuna.

Las originales siguen ofreciendo una buena protección contra un cuadro grave de la enfermedad y la muerte. Los estudios realizados en Estados Unidos y en otros países han dejado claro que añadir una dosis de refuerzo fortalece esa protección y mejora las probabilidades de evitar una infección leve.

“Reconocemos la necesidad de estar preparados en caso de que esta protección disminuya con el tiempo y de ayudar, potencialmente, a hacer frente a la ómicron y a nuevas variantes en el futuro”, señaló Kathrin Jansen, jefa de investigación de vacunas de Pfizer, en un comunicado.

En el nuevo estudio, que se realiza en Estados Unidos, participan 1.420 adultos sanos de entre 18 y 55 años para probar las vacunas actualizadas en base a la ómicron para su uso bien como refuerzo o bien para la vacunación primaria. Los investigadores examinarán la seguridad de la vacuna modificada y cómo activa el sistema inmunitario en comparación con las originales.

En uno de los grupos del estudio, unos 600 voluntarios que tienen dos dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech disponible actualmente desde hace entre tres y seis meses, recibirán una o dos inyecciones de la nueva como refuerzo. A otros 600 que ya tienen las tres dosis normales, se les administrará una cuarta, bien de la fórmula original o de la dirigida a ómicron.

El estudio incluirá también a voluntarios no vacunados que recibirán tres dosis de la nueva fórmula.

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Entrevistas con El Vocero Hispano: Oasis Legal Group // Abogado Jairo Hernandez

Andrés Abreu entrevista al abogado Jairo Hernández de la firma Oasis Legal Group. Hernández es especializado en asuntos de inmigración y estará ofreciendo sus servicios en Grand Rapids. Su oficina está localizada en la 250 Monroe Ave NW en la suite 400, oficina 440 y estará abierta publico a partir del 1 de octubre.

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