Salvador Puig, fue un anarquista y antifascista español que fue el último ejecutado por la dictadura de Francisco Franco, con el horrible método conocido como “El Garrote Vil”. Puig, también apodado el Metge (‘el Médico’ en catalán), formó parte del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), organización izquierdista que luchaba contra la dictadura mediante la acción armada y el levantamiento de los trabajadores.

Fue detenido el 25 de septiembre de 1973 y condenado a muerte por un Consejo de Guerra acusado del homicidio de un oficial de los cuerpos represivos de la dictadura durante un enfrentamiento armado en que los agentes intentaban arrestarlo.

Puig tenía 26 años al momento de su muerte, los episodios del "Mayo francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en 1967 en las plataformas de Comisiones Obreras del barrio Sant Josep Oriol, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas radicales. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hizo el servicio militar en Ibiza, donde fue destinado a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorporó al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), integrándose en su rama armada.

Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina y realizaron atracos a bancos para financiar sus actividades contra la dictadura

Crearon la revista "CIA" [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37".

Cuando fue condenado a muerte, los partidos políticos, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como la Santa Sede o el canciller alemán Willy Brandt, pidieron su indulto.

En muchos países de Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la condena.

La ejecución de Puig conmovió al mundo y a la juventud progresista española debido que fue realizada con el sistema del Garrote Vil. Una cruel y abominable forma de matar lentamente a una persona mediante el ahogamiento.  El dictador Franco buscaba con ello aterrorizar a sus opositores, sobre toda a la juventud de izquierda.

El 31 de octubre de 2014, la jueza argentina María de Servini, instructora de la causa penal contra el franquismo, y basándose en el Principio de justicia universal, envió una orden de detención internacional contra varios funcionarios de la dictadura franquista implicados en su ejecución, solicitando su extradición con el objetivo de enjuiciarlos, pero no se logró ninguna condena.